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El tren

El tren nunca salió.
Y en los ojos de esas paredes
Mi rostro se fue perdiendo como el humo,
Dejando solo el olor,
Que poco después se perdería también.
El tren nunca salió.
Y dude que el equipaje fuera mío.
Quizás estaba allí para hacerme creer que viajaría.
Cualquier cosa es posible
Después de vaciar la distancia en una botella.
Siquiera creo haber estado esperando el tren.
Porque tampoco tenía a dónde ir.
El único destino se había perdido en alguna esquina.
Cuando abrí la mochila encontré preguntas locas
Y en lugar de respuestas el más escalofriante vacío.
El cielo fue entonces un grito,
La calle un desespero.
Y la línea que debía guiarme
No estuvo nunca donde yo la vi.
La línea fue la justificación para que hubiera un tren,
Un viaje, una mochila.
La línea fue la máscara cobarde de este extravío.
El tren nunca salió.
La línea nunca estuvo.
Y el equipaje, definitivamente, no era mío.

Marilyn Roque (Cuba)
Del libro La Estrella de Cuba

1 comentario

Sergio -

Hay cosas buenas en ese libro. Gracias.
Un abrazo.